Siempre soñé con trenes y barcos que volaban,
despegando en globos huyendo del mar que se incendiaba.
Mientras la ciudad ardía caminaba en el desierto
y al final del camino un castillo, un reino.
Las puertas se abrían después de haber pisado rosas,
después de haber pisado espinas.
No sé que decían la huellas en piedra…
¡Qué rara inscripción había en ellas!
Pero mis pies desnudos el significado entendían
... me llevaban a amarte.
Llegué a soñarte, llegué a sentirte, llegué a tocarte
y al final de cada sueño llegaba a amarte.
Llegaba a lunas y a planetas y al final de cada estrella
llegaba a amarte a amarte a amarte.

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